¿Cómo aprender a diferenciar entre un buen y un mal maquillaje?
Duración y fijación: Un buen maquillaje debe durar a lo largo del día sin necesidad de retoques constantes. Si el maquillaje se desvanece rápidamente, se agrieta o se descompone, es una señal de que no está bien formulado o no se ha aplicado correctamente.
Cobertura y acabado: Un buen maquillaje proporciona una cobertura que se adapta a tus necesidades, ya sea ligera, media o completa, y se ve natural. Si el maquillaje se ve pesado, parcheado o no se funde bien con tu piel, es una señal de que la fórmula no es de buena calidad.
Textura y sensación: Los productos de buena calidad tienen una textura suave y ligera, que se siente cómoda en la piel. Si tu piel se siente tirante, grasosa o incómoda después de aplicar el maquillaje, es una señal de que no estás usando un producto adecuado.
Compatibilidad con tu tipo de piel: Un buen maquillaje está formulado para adaptarse a diferentes tipos de piel (seca, grasa, mixta, sensible). Si tienes piel seca y el maquillaje resalta las líneas o se ve acartonado, o si tienes piel grasa y te salen brillos excesivos, es probable que no sea el adecuado para ti.
Acabado uniforme: Un buen maquillaje se distribuye de manera uniforme, sin manchas o líneas visibles. Si notas que se acumula en algunas zonas o forma líneas de expresión de manera exagerada, eso podría indicar que la fórmula no es adecuada para tu tipo de piel o que la aplicación no se ha hecho correctamente.
Tono y textura de los productos: Los productos de calidad, como bases, correctores y polvos, tienen una gama de tonos amplias y se adaptan bien al tono y subtono de tu piel. Además, deben tener una textura agradable que se pueda aplicar fácilmente sin que se vea artificial o irregular.
Ingredientes: Un maquillaje de buena calidad también suele estar formulado con ingredientes que cuidan la piel, evitando irritaciones o brotes. Los productos con demasiados parabenos, fragancias artificiales o ingredientes que obstruyen los poros pueden ser de mala calidad, aunque su apariencia inicial sea atractiva.
Un buen maquillaje debe ofrecerte un acabado natural, cómodo, duradero y adecuado a tu tipo de piel, mientras que un mal maquillaje suele tener una textura pesada, durar poco, o no adaptarse bien a tu rostro. La práctica y el conocimiento de tus necesidades y preferencias también juegan un papel importante a la hora de distinguir la calidad de los productos.
Fuente:
Cosméticos a la moda